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Meses de gracia: ¿tomarlos o no tomarlos?

Escrito por Clara Escobar

Seguramente cuando has cotizado un crédito de cualquier tipo te has encontrado con la opción de elegir un “mes de gracia” o “meses de no pago”. En principio suena demasiado tentador.

Por ejemplo para los meses de mayores gastos como marzo – con todos los pagos del auto y del colegio – y diciembre – con los regalos navideños y los preparativos de año nuevo – a nadie le viene mal la posibilidad de no pagar una cuota.

Sin embargo, es muy importante entender todo lo que significa optar por meses de gracia o de no pago a la hora de tomar un crédito ya que no todo será miel sobre hojuelas. O quizá sí, depende de cómo lo mires y la situación en que te encuentres.

Partamos por definir los dos términos de los que estamos hablando: mes de gracia y mes de no pago.

¿Qué son los meses de gracia?

Un mes o período de gracia según el sitio de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) se define como el aplazamiento del “pago de la primera cuota del dividendo hipotecario de acuerdo a lo que establezcan las partes”. Entonces, la primera diferencia de un mes de gracia es que solo rige para los créditos hipotecarios.

Sin embargo, la “contraindicación” que tiene el mes de gracia es que “pagar el primer dividendo un par de meses después tiene un costo para el deudor hipotecario”. En otras palabras: vas a pagar más dinero. Si quieres ahorrar no es la mejor alternativa.

“El costo que debe soportar el deudor es que durante el período de gracia, el crédito hipotecario devenga intereses y por consiguiente los dividendos a pagar resultarán más altos“, indica la SVS. Sin embargo, como te comentamos al principio va a depender de ti resolver si los meses de gracia que te ofrezcan son convenientes o no.

Por ejemplo, si estás tomando tu crédito en febrero y se viene marzo, quizá te convenga tomar un mes de gracia para no estar tan apretado. Lo mismo si lo tomas en noviembre, diciembre está a la vuelta de la esquina y quizá puede ser una buena opción.

Sea cual sea la decisión que tomes, siempre recuerda que tus cuotas van a subir ya que los intereses que no pagaste durante el periodo de gracia se acumulan al capital adeudado.

En resumen, le deberás al banco más del monto inicialmente solicitado cuando pagues tu primera cuota. 🙁

¿Y cuál es la diferencia con los meses de no pago?

Los meses de no pago son una opción que, según la entidad que te preste el dinero, permiten posponer cuotas determinadas a lo largo de la vigencia del préstamo. La diferencia principal con los meses de gracia es que estos difieren el pago del primer dividendo.

Ambas opciones hacen referencia a condiciones previamente pactadas con la entidad financiera. En el fondo, si bien es cierto en un mes de “no pago” no pagas, finalmente terminas pagando igual los intereses de ese mes en las siguientes cuotas.

Otra diferencia entre los meses de gracia y los meses de no pago es su flexibilidad.

Los meses de gracia, una vez acordados, no se pueden modificar. En los meses de pago, en tanto, tenemos la posibilidad de usarlos o no.

Ahora que ya tienes la información, ya tienes el poder. Anda y elige lo más conveniente para que tus ahorros aumenten día a día.

Que la info esté contigo, siempre.